- Limpia y remueve el maquillaje, las impurezas y la polución.
- Absorbe la suciedad que se acumula en los poros limpiando la piel a profundidad.
- Ayuda a recuperar la humedad natural de la piel.
- Aporta hidratación, nutrición, suavidad y tersura a la piel.
- No deja sensación grasosa.
- Aplica con la yema de los dedos sobre el rostro y cuello, haciendo masajes circulares ascendentes.
- Retírala con un algodón humedecido, hasta que la piel quede libre de impurezas y maquillaje.
- Piel seca.
- Tendencia a acné.
- Piel sensible.